Prólogo

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Cuando Kamijou Touma recordó, se dio cuenta que ese día había sido horrible desde el comienzo.

 

Por alguna extraña razón, el chico de preparatoria llamado Kamijou Touma vivía en un dormitorio para estudiantes de una sola habitación con una monja de cabello plateado y ojos de color verde. Él normalmente duerme encerrado en el baño. Después de limpiar toda la humedad de la bañera, él tomaría una manta y dormiría adentro, pero en este día, él fue visitado por la mala suerte desde el momento que despertó.

Para ir directo al punto, sucedió algo así.

—¿¡Ehhhhhhhh!? ¿¡P-por qué el baño está actuando como la fuente de un parque!?

Tan pronto como abrió sus ojos, le hicieron recordar de la peor manera posible que Japón era un país con mucha agua.

Sacó la caja de herramientas que rara vez usaba, pero él no tenía ni idea de dónde empezar. Decidió empezar por remover la tapa del tanque cuadrado y mirar dentro.

—¿Si quiera qué causó esto? Estaba funcionando muy bien ayer.

Él no tenía idea de qué hacer o siquiera como se supone que luce normalmente.

Estaba tan confundido que se dio por vencido y echó hacía atrás su cabeza para mirar hacia arriba.

Incluso en momentos así, el cielo azul era perfectamente claro y refrescante.

—¿Hm?

Él se sintió casi listo para destruir el mundo, pero se dio cuenta de que algo no estaba bien.

¿El cielo azul?

Él se quedó congelado y vacilante revisó sus alrededores.

Descubrió que ya no estaba en el baño de su dormitorio. Arriba, vio el vasto cielo azul. Debajo, vio un piso de madera pulido como el de un gimnasio. El concepto de los muros no aplicaba aquí. Él podía ver el horizonte en todos los 180 grados delante de él. Cuando se dio la vuelta, finalmente vio lo que parecían montañas de forma perfecta. Él no estaba seguro si llamarlas triángulos, bolas de arroz o pirámides. Eran los únicos objetos visibles en este «mundo», pero incluso las montañas estaban a dos o tres kilómetros a la distancia.

El paisaje era tan simplista que él se había llenado con un sentido abrumador de la escala que dejaba la realidad normal detrás. Una gentil brisa lleva sólo el aroma del océano. Sólo ese aroma le permitió a Kamijou mantearse consciente de perderse.

¿Dónde estaba?

¿Cómo había terminado ahí?

¿Cuándo fue a vagar en este extraño mundo?

Dejó a un lado todas esas legítimas preguntas y gritó.

—¿¡¡¡¡Esperaaaaaaaaaa!!!!? ¡¡No puedo simplemente dejar el baño así!! ¡¡Regrésame!! ¡¡Si inunda el piso de abajo, se van a molestar bastante!! ¡¡Si causa mucho la atención, podría terminar en los sitios de noticias!!

Él necesitaba apresurarse.

Cada segundo importaba.

Él no sabía qué clase de secretos tenía ese lugar, pero él tenía que apresurarse a regresar a su dormitorio. Él tenía que hacer lo que fuera para asegurarse de eso.

(Hay algunos problemas diferentes. Por ejemplo, la zona en la que tengo que buscar es extremadamente amplia y sin embargo casi no hay puntos de referencia. Puedo buscar alrededor si quiero, pero no será fácil regresar aquí o descubrir donde aparecí primero.)

Él cambió a un nuevo tren de pensamientos. Él pensó en cada problema, uno a la vez.

Él no sabía cómo, pero era posible que su punto de partida tenía un significado especial comparado a cualquier otra coordenada. Para asegurarse de que pudiera regresar en cualquier momento, él necesitaba hacer una marca en el suelo… ¿o era el piso?

Afortunadamente, el suelo era madera pulida, justo como un gimnasio.

Le dolía la uña de su pulgar un poco, pero fue capaz de rayar una X en él sin mucha dificultad.

(Bien, ahora me puedo mover de aquí. ¿Pero qué se supone que busque en este mundo con un piso gigante? ¿Alguna extraña máquina? ¿Una persona? ¿Y sería alguien que estuvo aquí desde el principio o alguien que apareció aquí de algún lugar como yo?)

Antes él sólo había visto unas cuantas montañas perfectamente triangulares cuando miró alrededor, pero él no podía evitar mirar alrededor una y otra vez. Podría haber parecido bastante como alguien buscando un oasis en el desierto.

Y él fue descuidado.

Él había aparecido ahí «repentinamente», por lo que él debería haber considerado la posibilidad de que alguien más apareció ahí «repentinamente».

Primero, él vio a Index cambiándose muy cerca.

Y después, vio a Misaka Mikoto observándolos a los dos desde una corta distancia.

Entonces él gritó.

—¿¡Estás bromeando!? ¿¡En serio, estás bromeando!? ¡Desde una probable perspectiva, esto es simplemente cruel! ¿¡No es esto bastante parecido a jugar ruleta Rusa diez veces seguidas y se te salen los sesos en el primer disparo cada vez!? ¡¡No me importa si este es repentinamente una grabación en un lugar en el extranjero para un comediante joven o si he sido convocado en otro mundo, pero al menos pasa por los pasos apropiados para ese tipo de cosas!!

Kamijou declaró su caso contra este irrazonable mundo, pero ello fue a caer en dos pares de oídos sordos.

Las chicas hablaron con unos muy horriblemente fríos ojos.

—Touma, sólo hay dos opciones para ti ahora: un muy, muy largo sermón o una mordida que te dejará más allá de recuperarte de una sola vez.

—Realmente hay verdaderos idiotas que tienen la ridícula habilidad de detener el tiempo o cambiar el mundo, pero únicamente piensan en usarlo para levantar las faldas de las chicas.

Kamijou puso la mirada perdida a la distancia.

Pero entonces se dio cuenta de que realmente moriría si trataba de escapar de la realidad.

—¡No creo que deberías hacer esto! ¡¡Eso sería demasiado exagerado!! ¡Espera! ¡Un solo boke merece un solo tsukkomi! ¡¡Si ambas lo hacen al mismo tiempo, seré destruido!! ¡¡E-esperen, idiota! ¡¡No empieces a preparar tu Railgun como si no fuera nada!!

Su apelación fue rechazada.

Las dos chicas comenzaron un horrible juego combinado en el cual Mikoto dispararía sus monedas de las arcadias, en el instante Index enganchaba sus fauces en la mano derecha de Kamijou.

Pero justo antes de que lo hicieran, un impacto incluso mayor sacudió el piso entero de ese mundo.

La tierra entera se sintió como si se zozobrara como un barco. Kamijou e Index rodaron por el suelo juntos, la cara del chico terminó presionada contra el pecho de la monja, y la joven que lo vio pateó el balón de futbol puntiagudo que era su cabeza. Mientras tanto, algo más apareció.

Comenzó con un ruido sordo.

Sonó como gruesas nubes de truenos acercándose desde la distancia.

—¿Qué es eso? —gruñó Kamijou mientras rodaba junto con Index.

Era una esfera de metal midiendo cincuenta metros de diámetro. Su superficie entera estaba llena del tipo de cañones que se encuentran en un buque de guerra. Especialmente impresionante eran los siete cañones principales adjuntos a los siete brazos extendiéndose de su espalda. Habían alcanzado un punto donde parecían más como torres o puentes que cañones.

Tenía un dispositivo de propulsión en forma en Y hacía abajo en la parte inferior, pero no parecía usar neumáticos o bandas para rodar. Estaba flotando, incluso si sólo era un poco. Estaba ya sea usando un amortiguador o electricidad estática. Un nivel de tecnología ridículo estaba en él y esa tecnología claramente había sido usada únicamente para hacerlo más letal. Parecía como toda una guerra empaquetada en un solo lugar o una cristalización de cada pedazo negativo de la tecnología humana.

Como un juego de hockey sobre el aire, la montaña de metal se deslizó libremente a lo largo del suelo de madera pulido sin dañarlo. La vista hizo añicos todo sentido de la realidad en la mente de Kamijou.

Misaka Mikoto frotó su zapato de piel contra la cabeza puntiaguda y habló completamente impactada.

—Eso no estaba aquí antes, ¿o sí? Algo así de enorme habría resaltado tanto como el domo de un estadio. Lo habríamos visto si hubiera estado ahí.

—Debió haber aparecido repentinamente justo como nosotros.

Ese «sinónimo de guerra» estaba disparando sus muchos cañones. Cada vez, un gran temblor corría por la tierra y tiraba a los tres a pesar de que no estaba disparándoles directamente a ellos.

Pero si estaba disparando, tenía que tener un objetivo.

Ese monstruo estaba peleando.

¿Pero con qué?

 

Quenser Barbotage y Heivia Winchell eran conocidos como soldados delincuentes y el par habían estrellado sus radios en sus pies.

—¡¡Maldición!! ¡Tan de repente, el radio no comunicará! ¿¡Y dónde estamos de cualquier manera!? ¿Hay un cielo azul encima pero un piso de madera debajo? ¿¡Fuimos a vagar en una pintura de un artista demente!?

—Sólo recemos que este no sea una estúpida experiencia cercana a la muerte después de ser arrastrados por el proyectil perdido de un Object. ¡¡Además!! ¿¡Qué es eso que empezó a pelear con la Princesa!? ¿¡Es alguna arma biológica que la Organización Faith construyó!?

Su deidad guardiana, el Baby Magnum, estaba produciendo rápidos movimientos hacía el frente, atrás, izquierda y derecha como un artista marcial mixto mientras disparaba sus cientos o más de cañones. Cuando su oponente estaba muy cerca, dispararía sus pequeños cañones mientras se preparaba por algunos disparos rebotar. Cuando su oponente retrocedía asustado, dispararía repetidamente sus masivos cañones principales.

Pero a pesar de todo eso, este oponente no caería.

Su conocimiento como soldados les decía que nada podía pelear al mismo nivel que un Objet.

Así que, ¿qué hay con este oponente?

Una palabra les vino a la mente si ellos dejaban la jerga del reino militar y revisaban en un libro de imágenes de países seguro.

Dragón.

Un dragón negro de cien metros volaba a través de los cielos y mordió al Object.

—Esto es una locura.

Quenser estaba a punto de llevar sus manos al aire y rendirse.

—¡¡Esto es una locura!! ¿¡Es ese un dragón!? ¡Espera, esa maldita cosa acaba de recoger el Object de la Princesa! ¡¡Podemos lanzar por la ventana el sentido como una vez que algo así de grande es recogido como si fuera un ratón o una ardilla!!

La misteriosa creatura gigante no era tan rápida como el Object. Mientras los dos chicos observaban, el Object disparó muchos disparos de su cañón principal en las alas extendidas del dragón y su torso expuesto. Pero su durabilidad debía ser astronómica porque continuó peleando incluso mientras se desangraba. Una situación donde el Baby Magnum no era lo suficientemente poderoso para sobrepasar todo lo que imaginaban.

—Oye, estudiante. No me importa lo que tengamos que hacer, pero estaremos completamente aislados si esa cosa se lleva a la Princesa como un colosal juego de grúa. Estaremos en problemas si no hacemos algo, ¿cierto?

—¿¡Qué demonios se supone que hagamos contra eso!?

—¡¡Es tu trabajo averiguarlo, Sr. Peso Muerto!!

—¿¡Qué tal si intentas usar tu cerebro para algo más que quejarte por una vez!?

Los dos idiotas ignoraron completamente la situación y comenzaron a pelear entre sí.

Y recibieron un castigo divino por su problema.

El Baby Magnum tenía uno de sus cañones intercámbiales principales establecido como un cañón de riel y disparó un proyectil de metal más grande que un auto. El proyectil golpeó al dragón negro en el torso y fue reflejado por la superficie excesivamente dura de su cuerpo.

El proyectil del cañón principal rebotó en un ángulo agudo y cayó en la tierra cubierta en piso.

—Ah.

Ni siquiera tuvieron tiempo de gritar «oh, dios».

Un momento después, Quenser y Heivia fueron lanzados en un vórtice de ruido explosivo.

 

—Hmm.

La Princesa inclinó su cabeza dentro de la cabina del piloto del Baby Magnum.

Ella tenía cabello rubio corto y una figura delgada. Ella encajaría siendo llevada por chofer a una escuela de alta clase para chicas en un país seguro, pero ella era la Piloto Elite para uno de las armas colosales conocidas como Object. Ella había sido acorralada por un extremada alta fuerza inercial G que excedía a lo de los jets de caza, incluso los movimientos de sus ojos eran leídos por sus googles especiales para ayudarla a controlar la máquina, y ella era el cerebro del monstro que estaba siendo barrido en el campo de batalla con sus más de cientos cañones, muchos grandes y pequeños.

Sin embargo…

Ella había enviado el proceso de comunicación de la radio muchas veces ya, pero no había señal de llegar a nadie.

Ella continuó disparándole al enemigo desconocido en forma de dragón incluso mientras ella suponía estaba experimentando un ataque cibernético que hizo que apareciera un enemigo no existente en su pantalla.

—Tengo el presentimiento de que algo fue capturado en el fuego cruzado de allá atrás, pero como sea.

—¿Oh?

Cabello negro extremadamente largo que llegaba a sus tobillos, un cuerpo glamoroso que no le quedaba a su nombre y una yukata roja envuelta alrededor de ese cuerpo. Una chica mayor que era demasiado sexy para ser llamada Zashiki Warashi inclinó su cabeza.

Un crujido metálico llenó el aire.

Su delgada mano estaba levantada al lado de su rostro.

La palma agarró fácilmente un proyectil metálico más grande que un auto. No había algo como un rasguño sobre la Zashiki Warashi en sí. ¿Cómo y por qué había sobrevivido esa arma en masa? No había realmente caso preguntar eso. Los Youkai no eran afectados por simples ataques físicos y las leyes físicas eran retorcidas para obedecer esa regla.

Dos chicos soldados uniformados estaban en forma fetal a sus pies, pero ella no mostró señales de impórtale.

—No sé qué está sucediendo, pero parece que quedé atrapada en una pelea innecesaria. Y realmente no soy del tipo que quiere hacer algún tipo de trabajo en absoluto.

Cerca, había un chico volteado en su espalda con sus ojos girando en círculos. Él era Jinnai Shinobu, un residente de la casa donde vivía la Zashiki Warashi. Él no había sido golpeado por el proyectil en sí o por la onda de choque secundaria, pero el impacto metálico fue suficiente para sacudir su conciencia.

Una Yuki Onna de pecho plano se agachó a lado del chico y empezó a tocar su mejilla.

Había un extraño éxtasis en su expresión.

—Je… jejeje. Él está todavía algo consciente, pero no se puede mover mucho inmediatamente. En otras palabras, esta es mi oportunidad para crear algo que nos unirá inseparablemente. Ejejejejejejejejejejejejejeje.

—Antes de que termines de quitarte tu kimono y te le montes, ¿qué tal si miras al cielo?

—Hmph. Nada que vea va a detenerme ahora.

—Sí, pero también esa cosa luce lista para empezar. Creo que está a punto de atacar.

Los cielos estaban siendo bloqueados a la vista.

El dragón negro que había estado atacando la extraña masa de metal había cambiado su concentración en la Zashiki Warashi y la Yuki Onna.

Pero antes de que lo hiciera, los parpados de la Yuki Onna se movieron ligeramente.

Eso fue todo lo que tomó.

Una ráfaga de viento se elevó mortalmente. Ese viento congelaría todo hasta la muerte a menos cincuenta grados. No había obvios rayos de luz o rugidos, pero llevaría a una muerte segura a cualquier creatura sobre el planeta tierra. El ecosistema local estaba reordenado en un ataque absoluto que estaba hecho para desaparecer todo lo que se basaba en agua, aire y el sol para vivir.

Y era especialmente efectivo en una categoría de la vida.

—No importa qué tan grande podría ser, sigue estando basado en un reptil y por lo tanto es de sangre fría. Si el aire estaba caliente o fría para empezar, eso sería por un lado, pero no está hecho para soportar un repentino cambio en la temperatura. Puede ser fácilmente detenido al simplemente enfría el clima local.

Antes de que pudiera aletear sus alas y antes de que pudiera disparar un extraño rayo de luz de sus masivas fauces, su irremediable gran cuerpo de doscientos metros cayó sin poder hacer nada como un avión de papel pesimamente hecho. Una parte del piso de gimnasio infinito fue destruido mientras el dragón negro era derribado.

La presión hizo que el viento saliera volando en todas las direcciones y el viento se hizo más fuerte en un muro visible como si azotara el polvo. Se estrelló en los cuerpos de la Zashiki Warashi y la Yuki Onna y continuó.

La Yuki Onna puso una mirada triunfante.

—Jeje. Cualquier que interrumpa el amor de alguien merece ser congelado en hielo.

—Eso está bien y todo, pero creo que Shinobu está a punto de entrar en un sueño helado debajo, entre tus piernas.

 

No muy lejos, dos personas observaban fastidiados mientras la arma gigante, el dragón negro y las Youkai peleaban.

Eran Anzai Kyousuke y Higashikawa Mamoru.

Ambos eran estudiantes japoneses de universidad complemente normales.

—Oh, por favor. ¿En qué clase de Absurdez quedamos atrapados esta vez?

—No fuimos lanzados a un extraño parque temático, por lo que quizá podríamos todavía estar seguros. Aunque si esto resulta ser una clase de película en una villa de Hollywood, me daré por vencido y me dormiré justo aquí.

Algunas personas que podían claramente ignorar las leyes de la física se estaban moviendo frente a ellos, pero ellos no intentaron acercarse. Ellos sólo querían vivir una pacífica vida, por lo que si de causalidad se cruzan con un robot gigante, no se interpondrían. Si vieran un misterioso dispositivo que les permitiera usar magia al presionar un botón, pasarían de lado de él. Si una chica cayera del cielo, ellos la dejarían con la policía.

Sin embargo…

—¡¡Oh, por favor!! No culpen de todo a Karen-chan, la seductora bunnygirl☆

Cuando una voz chillona llegó a sus oídos directamente desde atrás, los dos hombres mayores dieron un gran comienzo.

Pero mantuvieron su intención original.

Si las cosas parecían peligrosas, ellos tratarían en no involucrarse.

Sin voltear, Anzai y Higashikawa se echaron a correr mientras miraban hacía el frente.

—¡¡Oh, eso es grosero!! Se supone que tienen que tener una linda reacción de sorpresa mientras gritan «¿¡Por qué tú de todas las personas!?» o «¡¡Pensé que estabas muerta!!» ¡¡Espereeeen!!

—¡Esto no es bueno! ¡¡Puedo escucharla molesta diciendo «buu, buu» y no está muy lejos!! ¿¡En realidad se está acercando a nosotros!?

—¡No voltees! ¡¡Debemos haber sido lanzados dentro de un espacio donde mirar hacia atrás está prohibido!!

 

Satsuki era una chica conocida también como Killer Queen (Reina Asesina). Nanajou Kyouichirou era un chico que podría de alguna manera sobrevivir a penas sin importar lo que le pasara a él.

Ellos resumieron la situación con una sola conclusión.

—No quiero ser parte de eso.

—Los humanos son por un lado, pero algunos de ellos claramente no son humanos. Y no tengo la garantía de que puedo matar algo que nunca fue humano para empezar.

—Entendido. Realmente no quiero ninguna parte de ti ahora mismo de todos modos.

 

Un tremendo crujido estalló.

Incluso después de recibir varios cañonazos del Object y tener la actividad de su vida debilitada a un nivel celular por la baja temperatura de menos cincuenta grados, el dragón negro trató de continuar su ataque mientras se arrodillaba en el suelo.

Los más cercanos a él eran Quenser, Heivia, la Zashiki Warashi, la Yuki Onna y Jinnai Shinobu.

Sin embargo, todas las personas esparcidas ahí vieron lo que sucedió después.

Una sola línea de luz parecía perforar a través del mundo en sí mientras se clavaba en el dragón negro.

Había sido disparado desde la cima de una de las montañas extrañamente y perfectamente triangulares que parecían pirámides. Partió los cielos, pasó por encima de la cabeza de todos y fácilmente a travesó al dragón negro el cual había soportado antes este tipo de ataques feroces.

Ni siquiera le había dado tiempo de gritar.

Había sido producido por lo que podría ser llamado una lanza divina y envió al monstruo de doscientos metros a rodar por el suelo. Rodó en el viento como una lata vacía o una rodadora en un duelo en el oeste. Kamijou estaba a punto de ser atrapado en su camino, pero él saltó hacía un lado con toda su fuerza para evadirlo. El dragón negro continuó sin parar, rodó por el horizonte muchos metros a lo lejos y se desvaneció. Un ruido llegó a ellos y un pilar de agua se elevó hacía el aire (el cual dado la distancia tenía que ser tan alto como una montaña), por lo que parecía que había un cuerpo de agua al final de este mundo.

Una crepitante carga eléctrica permaneció en el aire.

Kamijou Touma tragó saliva, Quenser y Heivia habían sido tumbados en sus espaldas, Jinnai Shinobu seguía encerrado en hielo, Anzai Kyousuke y Higashikawa Mamoru miraron hacía los cielos y Nanajou Kyouichirou comenzaba a pensar que debería dejar de confiar en su habilidad de no morir cuando era asesinado.

Todos voltearon a ver la distante montaña, pero a unos dos o tres kilómetros a lo lejos, ninguno de ellos podía decir quién o qué estaba de pie en su cima.

 

—…

Después de producir esa impresionante cantidad de daño, «ella» silenciosamente dejó la cima de esa montaña formada perfectamente.

«Ella» no miró atrás.

Su armadura producía un misterioso sonido mientras se unían con dificultad y su largo cabello dorado dispersaba un gentil aroma floral en la dirección opuesta.

«Ella» llevaba a un chico pequeño con ella mientras «ella» continuaba a su destino.

 

Este era un mundo extraño donde «todo» se congrega.

Esta es una historia que contiene una oportunidad de una vez en la vida para volcar lo normal y un sentido del peligro que elimina lo usual.

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